miércoles, 9 de septiembre de 2009

24 de junio 2009 /// buenos aires-sao paulo


Llegó, blanco e inofensivo, el sobre que contiene el resumen de la tarjeta de crédito.

Lo abrí con la vaga esperanza de que lo que tenía que estar allí no esté ( ya que uno siempre oye por ahí ese tipo de leyendas bancario/urbanas en la cuál un gasto inmenso hecho con la tarjeta de crédito en x parte del mundo no se factura y todo queda sin pagar y en la nada) pero no, allí estaba: la cuenta por trescientos euros que gasté hace menos de un mes en una situación completamente descontrolada y más allá de mí en Barcelona.

Este relato no pretende dejar ningún tipo de enseñanza . Sólo, quizás, podría calificar como advertencia, pero ni siquiera.

Sólo soy una persona que hace lo mejor que puede con las circunstancias que se presentan.

Y desde que llegué, me la paso evadiendo algunos factores a fuerza de fumar porro. Y puede que no esté bien, pero es lo que puedo hacer por ahora. Sin trabajo y con la resaca de dos meses de total y absoluta felicidad, que otra cosa puedo hacer.

Esto.

Escribir.

Y en este momento estoy desempleada.

1.800 pesos no es demasiado dinero si se tiene un trabajo normal, se puede pagar. No es imposible.

Pero la fecha de vencimiento está allí y es una deuda que hay que saldar.

Y sólo puedo escribir.

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Hace un par de horas, hace exactamente once semanas, estaba subiéndome al avión que me llevaría a Sao Paulo para luego llevarme a Frankfurt para luego llevarme a quien sabe donde.

Dejé buenos aires con la certeza de que Steffen (a quien conoci por medio de
www.couchsurfing.com) me recibiría en Frankfurt.



Couchsurfing es una red social a través de la cuál, personas de todo el mundo ofrecen sus sillones a los viajeros de otras partes del mundo a cambio de... nada. Algo así cómo en el club de la hospitalidad.


Así que un par de meses antes, antes de irme, me hice un perfil y solicité alojamiento en algunos lugares en los que estaba segura, estaría en algún momento del viaje. Más allá de que tenía una estadía de dos meses (ya que el boleto de regreso lo estipulaba así) creo necesario aclarar que no me fui con demasiada plata. Quizás fue algo un poco inconciente, pero en ese momento no importó demasiado.


Estuve buscando alojamiento en Londres, pero hasta la fecha de la partida, no tenía nada asegurado.

En Amsterdam estaba la posibilidad de que Julian (a quien también contacté a través de CS) me reciba, pero hacia el 24 de junio, la verdad es que 8 de julio lucía algo bastante lejano.

Y en Northampton estaba Adam, quien inmediatamente se mostró amable ante la idea de recibirme, supuse entonces que el turismo no era el fuerte de ese lugar.



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Llevé mucha ropa de verano. Aquí estaba empezando el invierno, así que sólo llevé un sweater grueso pensando que allá el calor sería cómo acá .

Según los “dice tal”, en el aeropuerto la psicosis provocada por la gripe porcina estaba en su punto máximo, y “tal” le dijo a mi mamá que sin barbijo no dejaban ingresar a nadie a Ezeiza.

Así que eran las diez de la mañana, a mi me quedaban cosas por empacar y estaba recorriendo farmacias buscando barbijos para toda la familia.

Naturalmente, como sucede siempre en este país, estaban agotados.

Así que terminé comprando barbijos de pintor en la ferretería de la otra cuadra.

Barbijos para todos.

El avión partía a las dos.



A la hora de pesar el equipaje, la mochila tenía 15 kilos encima y el bolso de mano, 6.



En la mochila tenía un fernet para mi amiga que vive en Barcelona, Caro.



Creo que mi mamá lloró un poco al despedirme.

Nadie usó barbijos y terminaron todos en mi bolso de mano.

Eran muchas horas de vuelo las que tenía por delante.



Nunca antes había viajado en avión.



Me despedí de mis padres



Me fui.





Miraron mi equipaje de mano, sellaron mi pasaporte y luego, estar en la sala de embarque, completamente sola por primera vez en algún tiempo, fue raro. Esperé con mis auriculares escuchando alguna melodía feliz y tomé el primer avión. Un par de horas hasta Sao Paulo y de ahí, a Frankfurt.



Al llegar a Guarulhos tuve que esperar como dos horas hasta abordar el segundo avión.

Caminé por ahí, di vueltas por el free shop y cuando estaba mirando la pizarra de horarios, sentí algo molesto en la suela del pie.

Eran 200 reales.

Lo tomé cómo un augurio de buena suerte.

Al subir al avión hacía frio.

Me tocó la ventanilla y a mi lado, con un asiento de por medio, un hombre.

Brasilero y vestido de negro, tatuajes en el brazo, nos pusimos a hablar, mezclando inglés, portugués y español,

Y resultó que se llamaba Rogerio y que viajaba con Sepultura, ya que la banda iba a dar una serie de conciertos a la República Checa y él era algo así cómo el que les mantiene las guitarras en buen estado: “guitar technician” en sus propias palabras.

El vuelo fue muy largo y en ese lapso hablamos mucho, cenamos, desayunamos, dormimos, pedimos bebidas, nos reímos de un hombre adulto sentado adelante nuestro que intentaba socializar con su tímida y joven compañera de asiento, vimos en su notebook fotos de él con Sepultura en cualquier parte del mundo que se les pueda ocurrir y hasta tuvimos tiempo de jugar al chin-chon, ya que yo tenía un juego de naipes y él, ganas de aprender, así que le enseñé a jugar y, naturalmente, gané.

Supongo que por cortesía, hacia el final del vuelo, me dijo que si Sepultura tocaba en cualquier parte en la que estuviera yo (ya que también hablamos sobre mis planes de viaje) por supuesto que estaba invitada.



Al bajar del avión escuché muchos murmullos con acento brasilero que incluían la palabra "sepultura".



Los músicos estaban allí y la gente los miraba. Una situación típica de aeropuerto supongo.



Y mientras retiraba mi equipaje pensé en cómo iba a ver a Sepultura sí nunca le pregunté a Rogerio como podía hacer para contactarlo…



4 comentarios:

Miguel D. Barrenechea dijo...

Dos cosas:

1. ¡qué bueno volverte a ver!
2. ¡METAL!

La Morsa dijo...

¿Se puede contar un poco más sobre la "situación completamente descontrolada" en la que gastaste 300 euros?
Me da mucha curiosidad

johana marshall dijo...

mike:
gracias man!!!

lmorsa:
haha, no, no se puede. Así que para saber de que va la cosa, tenés que seguir leyendo.
sorry gordiiii

mua
j.

Thiago. dijo...

Te leo y siento la ansiedad de que en año y meses voy a estar en tu situación, España, Francia, Alemania y quién sabe qué más. :)