miércoles, 3 de diciembre de 2008

¡llame ya! ( I )

En enero del año 2004, mi mamá decidió que eso de pasar el verano nomadeando en casa de mis amigos y soportando que de "sorpresa" le cayeran dos, tres, cuatro personas a almorzar, merendar o cenar y ver tele, iba a dejar de ser moneda corriente. Así que cuando tuvo la claridad mental suficiente como para darse cuenta de que si no hacía algo al respecto, esos meses iban a ser así, simplemente dijo:
- se acabó la joda
- ¿qué me querés decir?
- que se acabó la plata, vagancia en esta casa no voy a tolerar
- pero... y qué voy a hacer?
- ¿buscarte un laburo?

El plan era sencillo: agarrar la sección clasificados del clarin y ponerle un círculo rojo a aquellos avisos que demandaran un empleado que trabaje pocas horas. Llamar, ir a entrevistas, presentarme como la pesadilla de cualquier pasante de RRHH y proseguir tranquilamente mi verano bajo las muletillas "es que no consigo trabajo", "está re dificil" y/o "no me toman porque no tengo experiencia". Lo que se dice, un plan perfecto.

Así que un lunes, o martes, me puse esos zapatos que usaba para ir a fiestas de quince o casamientos, me vestí más o menos decentemente ( bien alejada del estereotipo muchacha punk que en aquellos años representaba ) y fui a un par de entrevistas. Con los piercings puestos, claro ( en esa época tenía un aro en la nariz y otro en el labio, como el pibe de blink 182 )

La mayoria de los trabajos que piden gente que trabaje pocas horas son para hacer de vendedora part-time, volantera y telemarketer. Con la venta todo bien hasta ahí, volantera, ni en pedo. Telemarketer... ni siquiera sabía lo que era eso.

Fui a un par de locales de ropa. No tenía experiencia en el rubro, así que ni siquiera me miraron. Fui a una entrevista de telemarketing y lo mismo, nada. Quedándome una última entrevista, estaba bien tranquila de que aquel día iba a ser un feliz fracaso en ese asunto de la busqueda laboral.

La última entrevista era en un salón situado en el subsuelo del hotel holiday inn que se encuentra en retiro. Demasiado lujoso. Cero chances. Genial.

Esperé un rato. Había dos personas adelante mío. Dos personas que lucían como ese tipo de personas que tienen el tipo de experiencia que solicitan en ese tipo de trabajos.

Mi fracaso estaba casi garantizado. Saqué un libro. En esa época estaba leyendo "a sangre fria" de Truman Capote. Lei un rato y me llamaron.

Una mujer me atendió. Morocha, bronceada, de ojos claros, elegante. Me hizo un par de preguntas típicas de entrevista laboral.

Tenía que asegurarme el fracaso, así que cuando me preguntó porque me interesaba el trabajo, le solté un simple: "mi mamá no me soporta más y me mandó a laburar". Si. Usé las palabras mamá, soporta, mandó y laburar, todas juntas en una misma oración. Sonreí por dentro.

La mujer me miró raro cuando terminé la oración. Me preguntó que estaba leyendo y le conté. Me preguntó de que se trataba el libro y le conté. Me preguntó si yo me consideraba una persona que se maneja a sangre fria y para quedar mal, le respondi afirmativamente.

Con un apretón de manos, me despedí.

Pasó esa semana y la rutina se repetía. Agarrar el diario, marcar dos o tres avisos, volver a casa con una fingida expresión de "hice todo lo posible, pero me fue mal" y salir con mis amigos a vaguear por ahí. Estupendo.

Finalmente, el martes siguiente sonó el teléfono. Era la mujer que me tomó la entrevista del holiday inn diciendome que quería que vaya a la segunda entrevista, que era grupal. Hasta el momento no tenía idea de que se trataba el trabajo.

La puta madre, pensé.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

quiero encarar el ulyses de joyce
y cuanto duraste en el trabajo?

Lu dijo...

Bueno, llegué acá desde el blog de BLMP. No porque me haya parecido interesante tu comentario, sino porque al igual que vos aquel verano de 2004, estoy muy al pedo (pero solo por hoy, jaja).

De todas maneras, más allá de esto, lo interesante llegó cuando empecé a leer el blog...

No sé qué sería lo interesante... Pero me interesó, jaja. Que se yo, me dejaste intrigada, ahora quiero saber que paso con la entrevista grupal.

Así que acá me tendrás a la espera del próximo post. Besos!!!!!

PD: Y no sabés la suerte que tenés de no tener ni la más mínima idea de lo que es la vida de un telemarketer, te lo digo por experiencia, solía ser miembro vitalicio de los call centers, jaja.

johana marshall dijo...

mcatmos: no te voy a contar el final de la historia, aunque seguro que la subiré proximamente

lucrecia: se agradecen mucho los comentarios buena onda y cuando escriba las siguientes partes de ésta la historia, se irá develando como terminó el asunto...

y si, ya sé que con esto de los comments no soy demasiado chispita (más bien estoy cerca de chito he)

muchas gracias por leerme a los dos. realmente.

Anónimo dijo...

Dale Sherezade conta conta