miércoles, 17 de diciembre de 2008

teatro isabelino

La primaria. Eran tres amigos, los tres tenían ínfulas de actor. Ignacio, Nicolás y Matias hasta sexto grado no eran niños particularmente especiales.

Pero hay hechos que cambian la vida y el especial de midachi que una cierta noche pasaron en telefé, les cambió la vida a ellos.

Era un sketch humorístico en el cuál, a través de canciones populares de siempre, se contaba la historia de un triángulo amoroso. Ellos lo vieron, y lo eligieron para interpretarlo en el acto escolar del día del niño, un acto en el cuál los alumnos tienen total libertad para interpretar lo que se les de la gana.

Midachi es un trío santafesino que hace humor popular. En su repertorio abundan las imitaciones y tienen algunos personajes propios. En 1995, año en que transcurre esta historia, eran muy populares y si bien estaban orientados al público adulto, con un poco de picardía, los niños a veces entendían los chistes. Claro que los entendían a medias.

En aquel acto escolar que se celebraba las primeras semanas de agosto, en general las chicas hacían coreografias insulsas ideadas por madres aburridas y los chicos hacían las veces de estrellas de rock. Por aquel improvisado escenario montado en el patio de la escuela, pasaron algunos beatles, queen, y hasta michael jackson que en esa época aún era un referente para aquella prejuventud.

Así que con bastante anticipación, los tres amigos prepararon el sketch. Los primeros ensayos fueron en alguna casa y, días antes de la función, directamente en horas que se tomaban prestadas de las clases regulares.

El día de la actuación llegó, y después de un grupo de niñas que bailó la canción de Chiquititas, el trío hizo lo suyo. Al principio, la cara de los otros niños fue de asombro. Ya de por si era extraño ver a dos chicos travestidos interpretando una historia de amor con un tercero. Y lo que podría haber sido motivo de burla, al obtener la apobación de los adultos que se reían a carcajadas con las monerías que hacían esos tres muchachitos, pasó a ser motivo de admiración.

Así que a partir de ese día y por el resto del ciclo primario, los tres amigos pasaron a ser los más populares de la escuela. Y entre sus compañeros la reacción fue bastante peculiar. Por un lado, todos querían ser amigos de Ignacio, Matias y Nicolás. Por el otro, secretamente los envidiaban.

Nadie sabe como, pero el video con la filmación casera de aquella representación llegó a las manos de un productor televisivo que los convocó para un casting. Las madres de los tres amigos no cabían en sí de orgullo. No debe ser dificil imaginárselas imaginando la estadía en el mágico mundo de la televisión. Otro grupo madre minimizaba el hecho, un poco por envidia, un poco por quien sabe. El resto simplemente ignoraba el episodio. Los compañeros estaban ansiosos.

Finalmente el día del casting llegó.

Las semanas pasaron y nunca llamaron a los niños para estar en la televisión. La psicosis de tener probablemente compañeritos famosos se fue apagando con el correr del tiempo.

Los amigos estaban desilucionados. Se dieron cuenta de que no eran tan buenos como creían. Ese momento fue fatal. Lo sospecharon en el casting, lo confirmaron con la no llamada.

Repitieron el mismo sketch a pedido de las maestras (que seguían embelesadas con el trio) en el acto de fin de año. La interpretación fue diferente. Tenía un semblante amargo.

Aquel día del especial de midachi de telefé, los padres de aquellos niños, los tendrían que haber mandado a dormir.

Les habrían ahorrado un tempranísimo sabor a derrota.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo hice de San Martín

johana marshall dijo...

¿con patillas y todo?

Anónimo dijo...

jajaja no, tenia 10 años, lo unico "raro" fue que como no conseguimos botas, la profesora de gimnasia me presto las suyas