martes, 16 de diciembre de 2008

¡llame ya! ( IV )

Al final, decidí aceptar el trabajo en lo que terminó siendo un call-center. Después de todo, eran seis horas por día. Lo único malo era que los sábados estaban incluídos.

Al poco tiempo de trabajar en ese lugar, me di cuenta de por qué me habían elegido: para estar ahí, había que estar mediana o altamente loco.

Loco como para decir cualquier basura y que sea creible.

Veamos el asunto este del organigrama:

Al empezar, éramos un equipo de diez, quince "teleoperadores", de los cuáles cinco por lo menos, renunciaron a los pocos días de comenzar o apenas terminado el "curso de capacitación". El motivo más escuchado era "esto no es para mi". Y ciertamente, dudo que ese tipo de trabajo sea para cualquiera.

Nuestro equipo tenía, lo que se llama en la jerga, un "team-leader". El nuestro estaba particularmente loco. Sin formación academica alguna, el tipo vendía lo que sea. Había empezado como nosotros, siendo un simple teleoperador, pero claramente su talento lo llevó a tener su primer equipo de ventas. Se llamaba Federico Salvador. Adoraba su apellido, realmente creía que era EL salvador. El salvador de lo que sea: de las ventas, los vendedores, la empresa, bah, el mundo. Tipo de barrio, antes de que le salgan las primeras patas de gallo había sido coordinador de viajes de egresados en Bariloche. De esas épocas, nos contaba que con su compañero coordinador se turnaban para lo que ellos llamaban "cumplir años". La treta consistía en decirles a los egresados de turno, supuestamente en secreto, que al día siguiente era el cumpleaños del otro, que estaba lejos de la familia, que tenía que "laburar" y todo eso. Entonces sugería organizar una fiesta, y por supuesto, comprarle un regalo de cumpleaños poniendo plata entre todos.
En un viaje cumplía años él, en otro viaje cumplía años el otro.

Por los pasillos del call-center se comentaba que la mujer de federico estaba re buena, y siempre decían cosas del estilo, que grande, como se la levantó y eso.

Había varios team-leader. Cada uno cumplía con cualquier estereotipo de jefe previsible.

Estaba Cristian, que era el fachero, casi todos sus subordinados eran mujeres, y se decía por ahí que había conseguido el puesto porque era el cuñado de no sé quien y todas esas cosas que se comentan en cualquier trabajo.

Darío, un enano insoportable que siempre tenía que ser el mejor en todo y aparentemente era severo con sus vendedores, al punto de hacerlos quedar después de hora en caso de no cumplir con el objetivo del día.

Y Pablo, que era similar a Federico. Se decía que eran amigos de antes y que eran muy parecidos. Ellos hacían la veces de jefes "buena onda".

La labor del team-leader básicamente consiste en escuchar al vendedor y aconsejarle que decir. A veces lo gritan en el momento, a veces lo remarcan en las "reuniones de equipo". También esta el tema de la motivación y por supuesto, del control.

Las reuniones de equipo se hacen cuando las ventas van mal. Igual, en ese tipo de trabajos, las ventas siempre van mal. Casi siempre los otros son mejores vendedores, y rara vez uno es el mejor. Pero de eso se trata, de pensar que uno es el peor para así mejorar y vender más y todo eso. Así que en las reuniones de equipo, nuestro team-leader nos daba una charla supuestamente motivadora que nos impulsaba a vender más y más Fat Seltzer. Lo extraño es que varias veces, la charla funcionaba...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Durante un tiempo estuve trabajando de cadete de reparto tenia 18 años y recien terminaba la secundaria(ahora tengo 20) si no te lo imaginas te doy los ingredientes, ir con las famosas carretillas por microcentro con cajas de resmas, de no haber carretillas, las resmas iban a ser trasportadas en mis brazos(bajo el sol blablabla, y todo para comprarme una guitarra) fui varias veces a lugares similares al que vos trabajaste, son horribles, parecen una carrera de ratones, y los "team leaders" son las peronas mas pedantes y estupidas del mundo, y lo peor son los que menos saben (seguramente pensaron que iba a ser una anecdota graciosa, o estaban esperando el remate al final, como no lo es dejo un chiste de gallegos que me hizo reir mucho,

A un gallego le dijeron que su mujer lo engañaba con su mejor amigo...
Entonces mato al perro.)

HIJOS DE PUTA: ustedes leen el blog y no firman, firmen que yo firme y me gane un IPOD, Johana vino y me lo trajo hasta mi casa y miramos la tele(tambien)

capaz no saben pero, si firman el link de su pagina queda registrado y ahi hacen un sorteo que y bueno ahi tienen y se ganan el aparato

Anónimo dijo...

voy a hacer un curso de poner comas, tildes y puntos para que comprendan mis siguientes relatos

Ajenjo dijo...

Ah, los call center, esas picadoras de humanos ¿cuanto aguantaste en uno de esos?
¿Leiste Diario de un Telemarketer, de Seselovsky?

beso
A

johana marshall dijo...

mc:
ahora trabajo en una oficina y una de mis labores es recibir al chico que trae las resmas de papel. y si, el hastío se le nota en la cara, pobre (pero bueno, si era para comprarte una guitarra está muy bien que hayas pasado por esa experiencia)

te mando saludos y espero que el ipod te funcione bien :)

a:
hoy tu blog me anduvo de lo más bien.
que cuanto tiempo duré? para eso tendrás que seguir leyendo, amiguito...

y no, recién me entero de la existencia del blog del telemarketer, y si a la tarde no pasa naranja, probablemente lo lea enterito...
te mando saludos también

y ahora mismo, me pongo a escribir el post de hoy.

johana marshall dijo...

mc:
no quiero ser pesimista, pero, a juzgar por la página de los ratings, me parece que los únicos que entramos a este blog somos, yo, ajenjo, lucrecia de vez en cuando, y vos

también está el anónimo que cada tanto se mete también...

j.m.